Lunes en la Ciencia UAM Iztapalapa

Licenciado en Filosofía (Mendoza, Argentina, 1957), Doctor en Filosofía (Complutense, Madrid, 1959), Licenciado en Ciencias de la Religión (Inst. Católico, París, 1965), Doctor en Historia (La Sorbonne París, 1967), Doctor Honoris Causa (Fribourg, Suiza, 1981), Doctor Honoris Causa de la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz, Bolivia, 1995) y de la Universidad de Buenos Aires (Buenos Aires, Argentina, 2012). Profesor de Ética y Filosofía Política (Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana/Iztapalapa, y en la UNAM, México), Coordinador de la Asociación de Filosofía y Liberación.
Profesor invitado por un semestre en las Universidades de Frankfurt, Notre Dame, California State University, Vanderbilt University, Loyola University (Chicago), Duke University, Harvard University (semestre de otoño del 2000), UC Berkeley, etc.
Profesor Emérito por la Universidad Autónoma Metropolitana (México), investigador Emérito por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, äul and Gwen Ethics and Politics Lecture Lecture (Nevada University, USA), "Aristotle" Medal (UNESCO, on the world day of Philosophy), Kumbo Asiana Humanities Lecture (Korea University, Seoul), Premio Libertador al Pensamiento Crítico (Caracas), Alberto Magnus-Professur (Köln)

En resumen

La ciencia y tecnología no son operaciones abstractas que puedan ocuparse de cualquier tema o innovar en cualquier ámbito de la civilización. Son actividades determinadas por un contexto económico y político. Investigaciones abstractas e invenciones impracticables, sin relación a la realidad de la comunidad de un país, no rinden frutos eficaces. Éticamente, debe haber una definición de la autodeterminación de un pueblo para que la ciencia y la tecnología resuelvan problemas reales, concretos, empíricamente realizables. El número de doctores no indica la presencia de ciencia y tecnología en un país, sino la posibilidad concreta de producir los medios que den a la comunidad un modo de vida cualitativamente más sustentable. Esto supone la responsabilidad social del investigador científico y tecnológico.